Hoy
toca un chiste que le escuché muchas veces a mi padre cuando era pequeño:
En un barco que realizaba
una larga travesía por el océano se declaró una epidemia de peste. Estaban muy
lejos de cualquier costa y lo intentaron todo para frenar el contagio. Aislaron
a todos los enfermos, alejaron a la tripulación y a los pasajeros de las zonas
afectadas, y mandaron arrojar por la borda los cadáveres. Pero todo fue
en vano. Las camas que dejaban libres los muertos que engullía el mar pronto eran
ocupadas por nuevos enfermos.
Llegó un momento en que la situación se volvió tan crítica
que empezaron a perder toda esperanza. Solo era cuestión de tiempo que todos
acabaran muertos. Estaban muy lejos de su destino y la epidemia se propagaba a
toda velocidad.
Una noche accedieron a la bodega del barco y empezaron a
beber con desesperación. Se montó una juerga increíble a la que se unieron incluso los miembros de la tripulación. Se cogieron una borrachera de órdago,
casi como si prefirieran morir de un coma etílico que postrados en una cama
padeciendo los tormentos de la peste.
Ya bien entrada la noche, dos de los pasajeros que
regresaban a sus camarotes intentando acompasar el bamboleo de la borrachera
con el del barco descubrieron a otro pasajero caído en mitad de la cubierta y
totalmente exánime. Cuando se disponían a ayudarlo, tuvieron un presentimiento.
No sabían si aquel hombre estaba así por culpa del alcohol o de la peste. Así
que llamaron al médico.
El médico, totalmente curda y visiblemente molesto porque
habían ido a avisarle, se acercó al hombre y certificó su muerte.
–La peste –dijo–. Arrojadlo al mar.
Los hombres, aunque con cierto reparo, tuvieron que obedecer
al hombre. Levantaron el bulto y se acercaron a la barandilla. Justo
cuando se disponían a dejarlo caer a las frías aguas del océano, el hombre reaccionó.
Totalmente alarmado se esforzó por vencer los síntomas de la borrachera y se
dirigió a ellos articulando las palabras a duras penas:
–Eeeeh, ¿pero qué hacéis?, ¿estáis locos?, ¿pero no veis
que estoy vivo?
Los dos hombres, con ojos estrábicos y sonrisa sardónica,
le miraron como si fuera un imbécil que no sabe lo que dice y justo antes de
arrojarlo al agua le dijeron:
–¿Pero tú te piensas que vas a saber más que el médico?
La
misma reacción que esos dos buenos hombres es la que tiene en este país la
prensa de derechas. Da igual que vean que el número de parados bate todos los
récords, que los comedores sociales están a reventar, que millones de personas
no pueden hacer frente a sus hipotecas o que los jóvenes tienen que huir al extranjero para encontrar trabajo. Sale el ministro Cristóbal Montoro –que tiene
un doctorado en Ciencias Económicas pero que a lo mejor está borracho o gagá– dice
unas palabras más o menos huecas y ya tienen el titular que buscaban: Montoro garantiza que España «está saliendo de la crisis».
1 comentario:
Una parte de la presa "seria" le está haciendo la competencia desleal a El Mundo Today. Es como el Intermedio y el Telediario, hay ratos que no sabes quiénes son los humoristas y quienes los periodistas.
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