¡Vaya potra hemos tenido con lo de Eurovegas!
Eso es suerte y lo demás tontería. Ahora que nadie tenía ni puta idea de qué
industria podría reflotar España, ha venido Mr. Adelson a alumbrarnos el
camino.
Cuando me enteré de que estaban pensando
poner un complejo al estilo de Las Vegas en la Comunidad de Madrid, tengo que
reconocer que me mosqueé un poco. A ver si me explico. Siempre me ha llamado la
atención que exista un sitio como Las Vegas en un país tan mojigato como
Estados Unidos, pero no hay que olvidar que los americanos son, aparte de un
poco pacatos, buenos empresarios. Para el espíritu anglosajón todo forma parte
de un inmenso cerdo del que todo se puede aprovechar. Y algo tenían que hacer
en mitad de aquel desierto de Nevada, un territorio que, por cierto, antes fue
de la corona española. ¿Y qué hicieron los españoles con él? Nada. Ni siquiera
lo llegaron a colonizar completamente. ¡Para qué! Era un puto desierto. Y, sin
embargo, ese territorio en manos de los norteamericanos se ha convertido en una
zona próspera. Y todo gracias a
consagrar la ciudad de Las Vegas al juego y a todo tipo de entretenimientos,
legales o ilegales, respetables o vergonzosos. América necesitaba un sitio para
poder desfogar y ese lugar no podía servir para otra cosa. Lo que no puedas
hacer en ninguna parte hazlo en Las Vegas. Lo que pasa en Las Vegas se queda en
Las Vegas. Otra de esas manifestaciones de la triple moral norteamericana:
pienso una cosa, digo otra distinta y hago lo que me parece. Os contaba todo
esto para que comprendáis por qué al principio me mosqueé. Me imaginé al tipo
este, Mr. Adelson, mirando un mapa de Europa y pensando: “A ver dónde hay en
este continente un terrenito que no valga ni para tomar por culo y en el que me
dejen hacer mi santa voluntad”. Y eso, la verdad, hiere un poco el orgullo
patrio. Por eso anduve un tiempo mohíno, sin saber qué pensar de todo esto. Pero
estos últimos días he abierto los ojos, sobre todo desde el momento en el que
me he dado cuenta de que estamos gobernados por una banda de (presuntos)
mafiosos y que son esos mismos (presuntos) mafiosos los que van a ajustar toda
la legislación a las componendas y exigencias de Mr. Adelson.
Todo encaja. Si hoy Las Vegas ha llegado a
ser lo que es, ha sido gracias a los gángsters y a las mafias. Y si estamos
gobernados por (presuntos) mafiosos tendremos que comprender que este es el
tipo de cosas que hacen los mafiosos, que pretender otra cosa sería como
pedirle tomates a un peral. Y qué coño, ¿es que acaso tenemos la esperanza de
que vuelva a prosperar en nuestro país la industria textil? ¿La del automóvil? ¿La
del carbón? ¿Es que alguien piensa que van a volver a abrir los astilleros? ¿O es
que nos vamos a convertir de la noche a la mañana en un país puntero en
investigación I+D? Venga ya, seamos serios: esto es lo que hay y no es esta la
peor salida, que solo hay que fijarse en Las Vegas para tener esperanzas. Las
Vegas no para de crecer y nunca tiene sus casinos vacíos.
No sé si por miopía o por la obsesión que
tienen con lo políticamente correcto la progresía anda revuelta con este tema.
Y es que, sinceramente, los progres -con los que comparto filiaciones, no lo
voy a negar- muchas veces son unos cortarrollos de cuidado. Tienen una extraña
tendencia a despreciar un montón de cosas divertidas. ¿Es que no se dan cuenta
de que una Ciudad del Pecado en el corazón de España puede ser algo genial?
Olvidémonos de los puestos de trabajo directos e indirectos que un complejo así
puede generar, y de si serán de mejor o peor calidad, que ya está bien de
pensar tanto en cosas serias y sesudas. Dejemos por un momento de salvar el
mundo y fijémonos en el aspecto lúdico de la propuesta: casinos, espectáculos, atracciones,
prostitutas, drogas, alcohol, más casinos, más espectáculos, más prostitutas… Tenéis
que reconocer que no pinta nada mal y que de ahí pueden salir juergas
espectaculares. Y si la Policía y la Guardia Civil ponen de su parte y hacen un
poco la vista gorda para no perjudicar los intereses del negocio puede ser el
no va más.
Yo estuve en Las Vegas y me lo pasé genial, y
me importó un pito que fueran un montón de mafiosos los que se encargaran de
dirigir aquel tinglado. No se puede ir por la vida de escrupuloso y amargado. Y
con la misma buena disposición iré a Eurovegas cuando lo inauguren. A ver si os
pensáis que el día que vaya de casino en casino hasta arriba de copas me voy a
acordar de los tejemanejes de la calle Génova. Bastante preocupación voy a
tener con no fundirme la tarjeta de crédito y acertar a volver a mi
casa. Y los moñas, si no quieren venir, que se vayan a Eurodisney o a patearse
los cascotes de la Acrópolis, pero que no den el coñazo, por favor.
Tampoco tenemos que olvidar que un sitio así
puede convertirse en una fuente inagotable de entretenimiento tanto para los
telediarios como para los programas más amarillos de Tele 5: ajustes de
cuentas, vendettas, sicarios, atracos,
tráfico de estupefacientes, crímenes, persecuciones de coches, enterramientos en
descampados… Además, si os interesa la literatura y el cine, aquí va a haber materia prima de calidad para infinidad de libros
y películas. Ya me estoy imaginando las rutilantes carteleras que anunciarán los
últimos estrenos del cine español: Leaving
Alcorcón, Miedo y asco en Alcorcón,
Resacón en Eurovegas y Torrente XIV, misión en Eurovegas. Y supongo
que tendré que volver a sintonizar Telemadrid para ver CSI Alcorcón.
¿De verdad que os gustaría perderos todo
esto?
2 comentarios:
¡Pues conmigo no cuentes para ir a esa Sodoma y Gomorra del juego, ni hablar! Yo a un sitio donde hay máquinas destellantes y sonoras que se tragan tu dinero, mujeres de mal vivir, drogas y alcohol, no voy ni de coña (no voy porque estoy tieso como la mojama, si tuviera dinero te ibas a enterar).
De todos modos, si el día de la inauguración no encuentras con quien ir, puedo hacer un esfuerzo y acompañarte. Eso sí, llévate la Visa esa potente que dices que tienes. Y si metes la tarjeta en el datáfono y la maquinita empieza a echar humo y salta la alarma del casino, podemos pedirle al señor Correa que se estire un poquito y ya de paso se quita a dos acreedores de encima, reduciendo el número de acreedores a 45.187.375, no es mucho pero por algo se empieza, ¿no?
Seguro que la Guardia civil y la Policía ponen de su parte, ni te quepa la menor duda. Seguro que más de un componente de esos cuerpos de seguridad del Estado engrosan la lista de los clientes VIP.
No sé por qué pero me da la sensación de que tu próxima novela va a tener como escenario Eurovegas. Te veo muy entusiasmado con el tema.
¿¿Torrente XIV?! Pues yo me quedé en la primera, ya sabes, donde aparece Toni Leblanc haciendo bicicletas de alambre y comiendo rollitos de primavera rellenos de cocaína. Tendré que ponerme al día...
Estaría genial escribir una novela sobre Eurovegas antes de que lo inauguraran. No me parece difícil. No dudo que va a ser un sitio muy divertido, pero también previsible.
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