No me parece raro que cada vez haya más gente
que se aleje del flujo fétido y podrido de la información y deje de ver el
telediario y solo sintonice Kiss FM y nunca lea la prensa y abandone para
siempre los mentideros virtuales. Hace tiempo que Facebook y Twitter arrastran
en su corriente más mierda de la que muchas personas pueden soportar. Son
demasiados gigas de infamia y de miseria, moral o económica, que no sé cuál es
más dramática.
Los mentideros virtuales han dejado de ser ese
locus amoenus donde tus amiguetes te
contaban algún chascarrillo, o te enseñaban las fotos de su último viaje, o te
mandaban una invitación para un concierto al que finalmente no ibas, o donde
construías una granja, o echabas una partida al Bubble Island, o veías el
último vídeo de algún grupo de moda, o rebotabas una foto de gatitos o perritos
para que todo el mundo le diera al botón de Me gusta. Puede que todo eso siga
ahí, pero trufado de un montón de noticias y mensajes que de forma constante e
imparable van erosionando tu optimismo hasta llevarte a la indignación o, mucho
peor, a la depresión: el desmantelamiento de la sanidad pública, la precariedad
lacerante de la escuela pública, las amnistías fiscales para que los corruptos
y los defraudadores blanqueen su dinero, los desahucios, los rescates a la
banca responsable de los mismos, las hilarantes e innumerables promesas incumplidas
de un Gobierno ineficaz que no deja de cruzar una a una todas las líneas rojas que
prometió no rebasar, la desvergüenza de un partido socialista que dilapidó en
cuestión de meses el poco crédito que la izquierda podía conservar a estas
alturas, las gilipolleces de los nacionalistas periféricos y de los
españolistas salvapatrias, el uso torticero e interesado de los medios de
comunicación públicos para engañar a la población, las incontables
manifestaciones de ciudadanos crispados que por una u otra razón tienen que
salir a la calle cada día, las cargas policiales injustificadas, la impunidad
de los agentes del orden que se extralimitan en sus funciones y pasan de servir
y proteger a machacar y torturar, los execrables indultos para los pocos policías
que son condenados por estos hechos, o los que adjudica el Gobierno para librar
de la cárcel a esos empresarios amiguetes a los que todo su dinero y los
mejores abogados no les valieron para burlar el celo del poder judicial, las
desmesuradas tasas judiciales que dejarán indefensas a las clases medias y
bajas, que también padecerán las restricciones en las leyes del aborto porque
no tendrán dinero para irse a Londres como han hecho siempre las familias como
Dios manda, la desvergüenza de un monarca que, indolente, se va a cazar
elefantes mientras España naufraga en un mar de mierda, la ignominia de un
sistema judicial incapaz de condenar a los miembros de la familia real implicados
en casos de corrupción por el mero hecho de pertenecer a ella, la inmoralidad de
una clase política que gasta nuestro dinero en pagarse jubilaciones
inmerecidas y dietas desorbitadas y que luego tiene los santos cojones de
llamar golpistas a los ciudadanos indignados que rodean el Congreso de forma
pacífica, o de soltar que los jóvenes que se van de España para buscar trabajo
en el extranjero lo hacen por su espíritu aventurero, o de decir que lo que
tienen que hacer los españoles es ir a echar la papeleta en la urna cada cuatro
años y luego estarse calladitos, o que gritan en el Congreso que se jodan los
parados.
¿Necesitáis que siga con la retahíla? Porque
hay más. Todavía no he hablado de Díaz Ferrán, el expresidente de la patronal que
exigía a los trabajadores trabajar más y cobrar menos mientras él se dedicaba presuntamente a arruinar empresas y a
lavar dinero negro, ni de los lavamanos de los políticos en escándalos palmarios
como el del Madrid Arena, ni de las mentiras y salvajadas que escupen por la
boca los fachas a sueldo del TDT Party. Y todo esto lo digo así un poco de
memoria, que si hiciera un trabajo previo de documentación me saldría una saga
de esas gordas con varios tomos de tapas duras.
Por todo esto es por lo que decía al
principio que es normal que la gente recurra al ostracismo para huir de una realidad
que les aterra. Más raro me parece a mí que algunos podamos soportarlo. Supongo
que todo es tan grotesco y desmesurado que llega un momento en que ya te empieza
a hacer gracia, siempre que lo que veas no sea a la policía viniendo a
desahuciarte o a tu jefe intentando explicarte en qué consiste la nueva
reforma laboral. El otro día veía un vídeo en El intermedio que recopilaba todas las promesas incumplidas de
Rajoy y sus secuaces y no pude evitar que me diera la risa. Y es que parecía una
parodia pensada por algún humorista para caricaturizar a la clase política. Lo
terrible es que no lo era y que son nuestros gobernantes los que rellenan las
horas de los programas de humor, que ya solo tienen que hacer el esfuerzo de
poner una cámara y darle al rec.
Y los otros, los que apoyan al Gobierno, ¿cómo
es posible que soporten todo esto? Me refiero a los que les votaron, les votan
y les votarán. Supongo que lo de la derecha facha y eclesiástica es
una cuestión de estupidez o simple miopía. Lo de los liberales neocón me temo
que debe de ser ese cinismo que bien pueden cultivar los que nunca han tenido
ni tendrán problemas para pagar las facturas.
¿Y en los otros mentideros, los que son cara
a cara, de tú a tú, qué se dice? Porque ahí siguen, sin necesidad de muros ni de followers, en las barras de los bares y en los corrillos de
fumadores a las puertas de los establecimientos públicos. Pues más o menos lo
mismo, aunque quizá con un lenguaje más soez. Porque es verdad que los tacos y
los insultos tienen mejor acomodo en la palabra hablada y que escritos suenan
más gruesos y ofensivos. Por eso con la misma información, en esos foros, se
llega un poco más lejos y se piensan soluciones más drásticas: habría que coger
una escopeta y liarse a tiros, no entiendo que no salga la gente a la calle y
arrase con todo, si habría que liarse la manta a la cabeza y ponerse a atracar
bancos o montar un grupo terrorista y llevarse a unos pocos hijos de puta por
delante… Y estas cosas no se escriben porque, como decía antes, lo que se
escribe siempre suena más recio que en voz alta. Todavía no han dado con el
emoticono para indicar que lo que dices lo dices en broma aunque lo pienses en serio.
Hasta ahora he escuchado decir estas
salvajadas a probos ciudadanos, a tipos
que, como yo, nunca han matado una mosca ni parece que vayan a matarla, a gente
que busca en las palabras un alivio momentáneo a tanta frustración. Pero algunos
emprendedores habrá por ahí con más
arrestos o con mucho menos que perder que puedan llegar a conclusiones
parecidas y que, como el bandido Fendetestas -que se hizo bandido porque se dio
cuenta de que había un bosque sin ladrón y lo interpretó como si hubiera una
vacante que ocupar-, decidan hacer suya la vacante del terror que nunca podrán
ocupar los anonymous con su terrorismo virtual de pacotilla.
Puede que nada de todo esto ocurra y que el psicólogo Steven Pinker tenga razón cuando dice que formamos parte de la sociedad más pacífica
de la historia, pero si sucede, yo al menos tendré muy claro quiénes son los
malos y quiénes fueron los que empezaron.
3 comentarios:
Hemos hecho uso de las herramientas que dispone la sociedad para intentar cambiar las cosas (votación, manifestaciones y huelgas) y no han sido suficientes. Me inquieta no saber si tenemos "derecho" a utilizar otra.Pero sí sé que para que un poderoso ajeno a la realidad del pueblo reaccione ha de verse realmente amenazado. Y esta vía no es políticamente correcta ni legal.
Está claro que los medios, en especial la televisión, manipulan la información según les interesa. Debido a eso le he ido cogiendo cierta manía a los telediarios. Prefiero la prensa escrita y la radio. Recuerdo algo que me mosqueó un poco: Hace unos años, en una cadena, emitieron en todos los informativos del día, y sin previo aviso sobre la crudeza de las imágenes, la escena de un señor que se quemaba a lo bonzo. El hecho de que una televisión haga apología del morbo me parece execrable, y refleja lo peor de la sociedad en que vivimos.
Internet es mucho peor que la televisión. En Internet se miente, se exagera, se tergiversa, se magnifica, se crucifica, se corren bulos, se falta al respeto, se difama, se emprenden cruzadas y cazas de brujas.
La gente se acostumbra a todo, y con el tiempo lo banaliza, le quita hierro. Puede que sea algo genético, inherente al ser humano. Si no fuera así perderíamos la cordura. Esto se puede constatar en las ciudades donde la violencia es extrema. Una vez, vi una foto de unos chavales jugando en la calle, a unos pocos metros de un cadáver descuartizado. La fotografía fue tomada en Ciudad Juárez. Y hay muchas de ese tipo en otros lugares del mundo.
Respecto a lo que dices de cómo soportan todo eso los votantes de un Gobierno, pues igual que lo soportan los no votantes.
El afiliado a un partido político, votante fanático o como lo queramos llamar, es el que se deja engañar con más facilidad y al que más le cuesta reconocer la mala gestión de los gobernantes que parten la pana y dominan el cotarro. Siempre cuentan con la excusa de que la situación está así gracias al anterior Gobierno: los que estaban antes son los que tienen la culpa de todo… Y así nos va.
En cuanto a las soluciones drásticas, como atracar un banco o entrar con un fusil en la sucursal de la entidad financiera que te ha desahuciado, todo se andará. Si lo piensas en época de crisis es cuando la delincuencia se dispara, aumenta en la misma proporción que los negocios de compra y venta de oro y de papeletas de empeño (Málaga está infectada de locales de ese tipo, supongo que pasará algo parecido en todas las ciudades de España).
Lo que dices sobre grupos terroristas y demás, me ha traído a la memoria la película “Acción mutante” . Sería un buen argumento para una novela distópica, un poco trillado, eso sí, ya depende del buen hacer del escritor.
Habrá quien piense que escribir un post como éste que has escrito no sirve para nada. Yo no estoy de acuerdo. Además, y lo a gusto que te habrás quedado…
¡Saludos y felices fiestas! (Me parece que a ti la Navidad te la trae más bien floja, como a mí )
Orion, es un placer tenerte como lector de mi blog y leer tus bien argumentadas opiniones. Muy bien traída la referencia a "Acción mutante". Me dan ganas de volver a verla.
La motivación de la Navidad, como bien supones, me la pela, pero se agradecen mucho los días de asueto y salir algunas noches buscando un poquito de fiesta, que falta nos hace. Las razones para salir de farra son lo de menos: con decirte que anoche estuve por ahí celebrando que venía el fin del mundo.
Así que feliz Navidad y que disfrutes de estos días.
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