miércoles, 15 de febrero de 2017

Poetas del Tajo Muerto en La Esquina del Zorro

Este viernes, a las 20 horas, participaré en el ciclo Poétikas junto a otros poetas toledanos. Este ciclo de poesía está coordinado por Gsús Bonilla y tiene lugar en La Esquina del Zorro, una de las librerías de Madrid que más se preocupa por la poesía. Está en la calle del Olivar, 34, metro Nueva Numancia.


lunes, 13 de febrero de 2017

Asedio

Durante años no les abrí mi corazón
No dejé entrar a nadie y resistí el asedio
Ni siquiera los amigos traspasaron mis muros
Aunque me llamaran insensible tantas veces

Cedí por fin un día
Y aún no sé por qué
Les dejé entrar
Saquearon mi casa
Me desnudaron
Y me apalearon
Exhibieron mis vergüenzas
Violaron mis secretos
Lo arrasaron todo y se fueron

jueves, 9 de febrero de 2017

Trainspotting

En 1996, cuando se estrenó Trainspotting, los yonquis de la vida real no eran nuestros personajes favoritos. En aquellos años se estaban convirtiendo en una especie en vías de extinción, aunque aún te los tropezabas de vez en cuando por las calles de Madrid. Si estaban de buenas, podías tranquilizarlos fácilmente con alguna excusa o dándoles veinte durillos. Si el mono era galopante y te amenazaban con una jeringa sidosa, los encuentros no solían ser tan agradables. Pero el caballo empezaba a estar pasado de moda y se imponían otras drogas, como las anfetas, los equis, los tripis y la cocaína, que era ya entonces la reina de la fiesta.

Por ese desajuste entre la realidad y la ficción, resulta muy curioso que Trainspotting, que cuenta las aventuras y desventuras de un puñado de yonquis con aficiones despreciables, se convirtiera en un fenómeno generacional. Porque atrapó no solo al público que consumía drogas y transitaba por el lado más salvaje de la vida, sino a un amplio abanico de espectadores entre los que estaban muchos que no se habían fumado un porro en su vida.

Para mí la clave del éxito de Trainspotting se encuentra en las primeras frases de la película, en voz en off y al ritmo del “Lust for life” de Iggy Pop: "Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver tele-concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida... ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?” Esta es la idea sobre la que se construye toda la película. En la vida solo hay dos opciones: aceptar las reglas del juego de los mayores (buscar trabajo, conseguir dinero, ligar, tener una familia…) o negarte a pasar por el aro. La heroína, en ese caso, viene a ser, metafóricamente, la manera de decir no a todo eso. De una forma tajante, demencial y suicida. De una forma poética.

La novela de Irvine Welsh es excepcional, pero creo que no pasa de ser el retrato de una parte de la juventud de Edimburgo en los años ochenta. Supongo que los escoceses, o acaso los británicos, que vivieron aquellos años también se verán muy identificados en el libro. Pero Danny Boyle con su película hizo que la historia trascendiera y fuera más allá de una época y un lugar. Y sin traicionar en ningún momento el espíritu del libro, su realismo crudo y su humor grueso, en ocasiones brutal y escatológico. O el interés por la música, que en la película se plasmó en una banda sonora memorable. También se respetaron muchos temas secundarios que pueden aún hoy captar el interés de los jóvenes: las amistades peligrosas, la importancia de la lealtad, las dificultades para conseguir relaciones sexuales…

Muchos de los que éramos jóvenes hace veinte años estamos esperando con gran expectación la segunda parte de la película, y no solo por nostalgia. Los protagonistas de la película vuelven con veinte años más, los mismos que han pasado para nosotros, y queremos saber qué fue de ellos. Queremos saber lo que eligieron Renton, Sick Boy y Spud, y en qué clase de basura se ha convertido Begbie. Porque necesitamos ver si han envejecido peor que nosotros. Porque de alguna forma queremos compararnos con ellos. Porque puede que muchos de nosotros aún no estemos seguros de haber elegido la opción correcta.