lunes, 28 de septiembre de 2015

Querido blog:

Ya sabes que hoy es una fecha especial porque cumplimos siete años juntos. Después de todo este tiempo, tengo que confesarte que he llegado a cogerte algo más que cariño. Tampoco te vayas a emocionar, que no es amor incondicional. Creo que si nuestra relación se interrumpiera en este momento, te echaría de menos unos días y luego, poco a poco, casi sin darme cuenta, me iría olvidando de ti sin sufrir ningún trauma ni sentir ninguna ausencia. Pero no vayas a preocuparte por eso. Estamos bien juntos y es fácil que nuestra relación se prolongue durante mucho tiempo. Aunque en estas cosas del cariño es difícil ponerse plazos.

He de reconocer que en el inicio de nuestra relación no lo tenía muy claro. Empecé a flirtear contigo por moda. A finales de 2008 todo el mundo que escribía había emborronado ya un par de blogs y decidí probarme en ese terreno con más curiosidad que emoción. Nunca había escrito algo que pudiera parecerse a un diario o a una autobiografía, y tampoco solía escribir artículos, aunque en alguna ocasión había escrito alguno. Pero al poco de empezar me enganché. Pronto me di cuenta de que tenía un montón de ideas entre divertidas y cínicas que me apetecía sacar fuera y algunos ajustes de cuentas personales que quería dejar por escrito. En un blog todo eso podía tener cabida.

Pasados aquellos primeros años de euforia, nuestra relación se volvió más serena, aunque también más necesaria. Descubrí que me ayudabas a ordenar mis pensamientos y a ajustar la imagen que tenía del mundo. Y que la relectura ordenada de mis textos me ofrecía una suerte de autobiografía emocional que me parecía mucho más interesante que un relato de mis vivencias. Esos textos dejados por el camino eran como las piedrecitas que ayudaban a Pulgarcito a volver sobre sus pasos. Para mí te convertiste en el diario de mi conciencia, que siempre me ha interesado más que mis rutinas cotidianas. También me di cuenta de que disfrutaba mucho releyendo ciertos textos que no recordaba haber escrito o que solo recordaba vagamente, como los flecos de un sueño que se desvanece en cuanto te levantas de la cama.

Para mí la escritura, en gran medida, es una constatación de mi existencia, un subrayado de mi paso por el tiempo, una autoafirmación vanidosa y desesperada, para qué negarlo. Importante para mí, pero sin más trascendencia que esas palabras que suelen escribir en las celdas los presos de las películas: “Fulano estuvo aquí”. Los que escribimos, y no lo hacemos por pasta, en gran medida buscamos reconocimiento, atención, que alguien dé fe de que estamos, de que somos, de que contamos. Necesitamos alimentar nuestro ego, darle cierto sentido a nuestra vida, y por eso escribimos. Incluso todos esos que dedican sus palabras a defender a los más débiles, a reivindicar la solidaridad entre los seres humanos, a defender los valores de una sociedad más justa. Pura vanidad y egolatría. Si fuéramos menos vanidosos, seguro que en el mundo habría muchos más libros y blogs anónimos. Pero importa el yo. La firma a pie de página. Gritarle al mundo que tú, el de la foto, el que esto ha escrito, piensa de esta forma tan genial y admirable. La redes sociales son una bacanal de vanidad para todos los que necesitamos cada día nuestro chute de atención.

Por eso también es importante que pase gente por aquí. Sin lectores las palabras carecen de sentido. Nunca he dado ningún tipo de credibilidad a todos esos que dicen que escriben para sí mismos. En esa pose afectada siempre hay falsa modestia o miedo al fracaso, a la crítica feroz, a la burla lacerante. Todos los que dicen escribir para sí mismos sueñan con el momento en el que alguien descubra sus papeles y se sienta fascinado por sus palabras. De todo lo que he escrito en mi vida, lo único que estaba dirigido a mí eran los apuntes para estudiar y las listas de la compra. El lector es necesario para satisfacer el ego.

Por aquí no pasa muchísima gente, pero sí la suficiente para que todo esto tenga algo de sentido, para que no parezca un mero ejercicio onanista. Solo puedo entender la escritura como comunicación, como la mejor forma de compartir con los demás la incomprensión del mundo. Y no sé si me gustaría que este espacio tuviera mucha más afluencia de público. Quizá me sentiría cohibido o abrumado por el exceso de atención y me daría vértigo publicar un nuevo texto.

Así que supongo que seguiré pasándome por aquí con cierta regularidad. Soy consciente de que en los últimos años he ido espaciando cada vez más las visitas. Si no vengo más, no es tanto por falta de tiempo, que también, sino por falta de ideas. No siempre tengo algo que decir, puestos a ser sinceros.

Ojalá este nuevo año que empezamos juntos nos traiga una buena cosecha de textos para que podamos vernos más a menudo. Y si los textos salen buenos, no nos faltarán lectores.

domingo, 13 de septiembre de 2015

"Mataría a los de Podemos"

El problema del lenguaje de los seres humanos, y su virtud más sorprendente y maravillosa, es su capacidad para formular mensajes que no pueden decodificarse mediante una simple interpretación literal.

Hay mensajes aparentemente sencillos que solo se comprenden correctamente gracias al contexto. En el metro, por ejemplo, decimos a los desconocidos cosas como “voy a salir” o “¿vas a salir?” cuando lo que realmente queremos decirles es que se aparten porque están obstruyendo la puerta.

Por otra parte, los mensajes muchas veces solo se entienden gracias a su sentido figurado. Los tropos y otros recursos expresivos como la hipérbole, la paradoja o la ironía complican y enriquecen nuestro lenguaje. Estos recursos expresivos pueden servir para esconder los significados más terribles en elocuciones aparentemente banales e inofensivas. En la Guerra Civil, por ejemplo, los falangistas pedían que les dieran café a muchos de sus prisioneros, metáfora eufemística para ordenar su ejecución. También podemos encontrar el fenómeno contrario: decir una barrabasada sin ninguna credibilidad para expresar nuestro profundo rechazo por algo. A nadie se le ocurrió llevar a juicio a los Siniestro Total en los ochenta por temas como “Matar jipis en las Cíes”. En este tema se cuenta en primera persona cómo el protagonista llega a una isla y descuartiza y mata a todos los jipis que encuentra. Tan claro estaba entonces que odiaban a los jipis como que no iban a tocarles un pelo. Puede que fuera para algunos un humor negro de mal gusto, de sal gorda y desparpajo punk, pero humor al fin y al cabo.

Por todo esto yo entendí perfectamente a Albert Pla cuando dijo en una entrevista que “mataría a los de Podemos y plataformas ciudadanas. Ahora todavía no llevan guardaespaldas, es mejor acabar ahora”. Quizá yo jugaba con ventaja porque soy seguidor de Pla desde hace más de veinte años y estoy acostumbrado a su humor salvaje y brutal, pero era obvio que no iba a matar a nadie y que intentaba llamar la atención con aquella salida de pata de banco, puede que premeditada e intencionada. Para cualquiera que forzara un poco sus capacidades hermenéuticas, estaba claro que lo quería decir es que si los de Podemos llegaban a gobernar y se hacían poderosos (solo los poderosos llevan guardaespaldas) acabarían pareciéndose a la casta política que tanto critican. No sé si podemos considerar sus palabras como desacertadas. Consiguió un efecto y una repercusión que no hubiera tenido diciendo simplemente que preferiría que Podemos desapareciera antes de que acabara decepcionándonos. Algunas veces los recursos expresivos buscan impactar al destinatario para que preste una atención especial al mensaje.

El anarquismo sui generis de Albert Pla le ha llevado a expresar en sus canciones y espectáculos el profundo rechazo que siente por el sistema y por toda forma de poder. Así se puede interpretar la indiferencia con la que hablaba de la muerte de un policía, un político y un militar en “La dejo o no la dejo”, la polémica canción de la novia terrorista, o la crueldad hilarante y demencial del monólogo con el que hace un par de años presentaba en los medios de comunicación su espectáculo “Manifestación”. En este monólogo explicaba que lo que le gustaría sería cargarse a los policías, los empleados de banco, los políticos y los de las multinacionales mientras todo el mundo en la calle le aplaudía y le sacaba a hombros. En esta misma línea, Albert Pla ha llegado a destruir Estados Unidos, estado por estado, en su tema “La colilla”, o la capital de España en “Están cayendo bombas en Madrid”.

Hace pocos meses, un juzgado de Valencia le condenó a cien euros de multa por las declaraciones antes referidas al interpretarlas como una amenaza. Ahora, la Audiencia de Valencia le ha absuelto porque considera que a esas declaraciones les falta “seriedad, firmeza y determinación (concreción del mal)”, algo que saltaba a la vista para cualquier persona con dos dedos de frente. Por otra parte, no fueron ni Podemos ni las plataformas ciudadanas las que denunciaron a Albert Pla, sino un particular, un tal Ricardo Cano, un abogado que o bien es demasiado lerdo para comprender en su contexto y en su sentido figurado las declaraciones de un artista transgresor y provocador, o bien es un espabilado que vio en los despropósitos verbales de Pla una oportunidad para darse publicidad. Sin duda, esto último es lo más probable. Y aunque Albert Pla ha sido absuelto, no me atrevería a decir que el denunciante no se ha salido con la suya. Su nombre está en todos los medios y la publicidad, sea buena o mala, siempre viene bien.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Festival Internacional de Poesía Voix Vives 2015

Este año me han invitado a participar en el Festival Internacional de Poesía Voix Vives, que se celebrará en Toledo este fin de semana por tercer año consecutivo. Tres días de poesía sin tregua, desde por la mañana hasta bien entrada la noche. Si pasáis por el Casco dudo mucho que os escapéis sin escuchar algunos versos. El Voix Vives es una inundación poética en toda regla.

Como el programa es muy extenso, he seleccionado los actos en los que aparezco por si os apetece venir a verme. De todas formas, os animo a que leáis todo el programa del festival y a que lo disfrutéis todo lo que podáis. Aquí os dejo un enlace para que os lo descarguéis:


VIERNES, 4 DE SEPTIEMBRE

SIESTA DE SONIDOS Y PALABRAS

Hora: 16-17 h
Lugar: Plaza del Salvador
Presenta: Carlos Ávila
Poetas: Luis Arturo Guichard y Félix Chacón
Música: Natalia Martín

FIESTA DE INAUGURACIÓN

Hora: 22-23 h
Lugar: Plaza de la Poesía y el Arte Modesto (plaza del Ayuntamiento)
Voz en off: Miguel Barrera
Poetas: María Eloy García, Ana Rossetti, Jean-Luc Parant, Aggeliki Sidira, Isla Correyero, Graciela Baquero Ruibal, Dusica Nikolic, Luis Arturo Guichard, Ana Pérez Cañamares, Marlena Braester y Félix Chacón
Música: Isabel García Castro, El Punto y Kritikó Mikró

SÁBADO, 5 DE SEPTIEMBRE

DE VOZ EN VOZ

Hora: 10-11 h
Lugar: Plaza de la Poesía y el Arte Modesto (plaza del Ayuntamiento)
Presenta: Amelia Díaz
Poetas: Aggeliki Sidira, Ana Rossetti, Dusica Nikolic, María Eloy García, Basem al-Nabriss y Félix Chacón
Los poetas firmarán ejemplares de la antología del festival al finalizar el acto

LECTURA PANORÁMICA

Hora: 20-21 h
Lugar: Matadero Lab (IES Sefarad)
Presenta: Federico de Arce
Poetas: Antoine Simon y Félix Chacón

LECTURA A LA LUZ DE LAS VELAS

Hora: 24-01 h
Lugar: Plaza del Salvador
Presenta: Begonya Pozo
Poetas: David González, Escandar Algeet, Ana Pérez Cañamares y Félix Chacón

DOMINGO, 6 DE SEPTIEMBRE

DE ORILLA A ORILLA
Lectura debate entre poetas

Hora: 12-13 h
Lugar: Plaza del Salvador
Presenta: Federico de Arce
Poetas: Jean-Luc Parant y Félix Chacón