Se acerca el día de la presentación de Segundas personas en Villafranca y ya puedo
desvelar que mi presentadora y cómplice será Rosa Rodríguez Beteta, que lleva
al frente de la biblioteca de mi pueblo casi treinta años, el mismo tiempo que
hace que nos conocemos. También contaremos con la colaboración de Lucía
Manrique Aranda y Alicia Avilés Pozo, que jugarán un papel muy importante en
este encuentro literario.
No es la primera vez que presento un libro en
la biblioteca de mi pueblo, pero me hace la misma ilusión que si lo fuera. Su
inauguración, allá por el año 1985, está estrechamente ligada a mi afición a emborronar
folios. Fue la excusa perfecta para escribir mi primer cuento, al menos el
primero del que tengo memoria. Recuerdo que don Juan, mi profesor de Lengua y
Literatura de entonces, fue el que nos propuso escribir un relato que hablara de
libros para el concurso literario que se había convocado con motivo de la
apertura de la nueva biblioteca. El caso es que gané y tuve que asistir a la
inauguración, y me hicieron leer el cuento en el salón de actos delante de un
montón de gente, y un señor con traje, que supongo que era el consejero de
cultura o algo así, me hizo entrega de un diploma y un cerro de libro, y me
acuerdo bien de él porque hay por ahí una foto donde quedamos los dos
inmortalizados.
Desde el primer momento, en la biblioteca ya
estaba Rosa, y puede que por eso vengan a ser para mí más o menos la misma
cosa. Me las presentaron juntas y en estos casi treinta años nunca han dejado
de ser la una sin la otra. Hace poco cambiaron la biblioteca de edificio y la
biblioteca siguió siendo la misma, con otro atrezzo,
pero la misma al fin y al cabo, porque Rosa seguía allí, y uno no deja de ser
lo que es solo por cambiarse de casa. Una biblioteca no es un edificio, ni
siquiera los libros que contiene, sino las personas que le dan vida y alma.
Después de todo este tiempo lo que más me
admira de Rosa es que siga luchando por la biblioteca con el mismo convencimiento
que el primer día y sin haberse dejado vencer en ningún momento por las
adversidades, que no han sido pocas. Luchar por la cultura en un pueblo de la
Mancha manchega no deja de ser algo quijotesco, en el sentido admirable y
romántico del término.
Los recortes acechan a las bibliotecas y ya hay por ahí una marea amarilla que viene a completar el arco iris de las movilizaciones ciudadanas. La poca importancia que nuestros gobernantes dan a la cultura provocará el cierre de algunas bibliotecas y el despido de muchos bibliotecarios y bibliotecarias. ¿Cómo se calcula la rentabilidad de una biblioteca? ¿Depende de los habitantes de una localidad o un barrio? ¿De la cantidad de préstamos mensuales? ¿De los niños que acuden a su ludoteca? ¿Del número de miembros de sus clubs de lectura? Medir la importancia de la educación y la cultura con números es como pesar los libros para saber cuál es el más recomendable. La biblioteca hizo de pueblos como el mío un lugar mejor, pero ninguna estadística de las que manejan los políticos puede reflejar cuánto nos hizo crecer por dentro cuando abrieron sus puertas.
Los recortes acechan a las bibliotecas y ya hay por ahí una marea amarilla que viene a completar el arco iris de las movilizaciones ciudadanas. La poca importancia que nuestros gobernantes dan a la cultura provocará el cierre de algunas bibliotecas y el despido de muchos bibliotecarios y bibliotecarias. ¿Cómo se calcula la rentabilidad de una biblioteca? ¿Depende de los habitantes de una localidad o un barrio? ¿De la cantidad de préstamos mensuales? ¿De los niños que acuden a su ludoteca? ¿Del número de miembros de sus clubs de lectura? Medir la importancia de la educación y la cultura con números es como pesar los libros para saber cuál es el más recomendable. La biblioteca hizo de pueblos como el mío un lugar mejor, pero ninguna estadística de las que manejan los políticos puede reflejar cuánto nos hizo crecer por dentro cuando abrieron sus puertas.
2 comentarios:
Mucha suerte guapetón. Bibliotecas, música, arte, cultura, magia qué más da, intangible para el dedo corrupto, de difícil traducción en cuentas suizas. Hace pocos días encontré la magia en un pueblo manchego. Creo que por eso puedo entender esa cultura de pueblo que relatas en tu escrito. Besos muchos y enhorabuena.
Muchas gracias, Rita. Un fuerte abrazo.
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