domingo, 28 de octubre de 2012

Cuentos con moraleja: El cuento del Diluvio Universal


Mi amigo Rubén Bravo, que sabe los cuentos que me gustan para esta sección y que estudia la obra de Tono, me ha mandado un breve relato que menciona este autor en un artículo publicado en 1977. Lo cuento a mi manera:

     Hace muchos muchos siglos un hombre salió de su casa dispuesto a resolver unos asuntos que tenía pendientes. Nada más poner el pie en la calle se dio cuenta de que estaba empezando a llover. Pensó en volver a entrar dentro de la casa y coger un paraguas, pero decidió esperar un rato a que escampara refugiado bajo el alero del tejado.
     No sospechaba que acababa de empezar el Diluvio Universal.

La moraleja que sacaba Tono de esta historia es que así somos los españoles, que siempre estamos esperando a que deje de llover sin poder estar seguros de que eso vaya a suceder. La moraleja que saca mi amigo Rubén de todo esto es que nada cambia. Y que este cuento es hoy tan actual como lo era hace treinta y cinco años. No puedo estar más de acuerdo con los dos.

Con Tono, porque es verdad que mucha gente está esperando a que esto acabe pasado mañana y volvamos por arte de birlibirloque a la España de hace diez años. Muchos sueñan con la venida de la Segunda Burbuja Inmobiliaria como en otros tiempos se soñó con la vuelta del Mesías. Pero hay varios indicadores que apuntan a que estamos cambiando de ciclo. No son pocos los expertos en economía que auguran que esto no es una tormenta pasajera.

Y con Rubén también estoy en sintonía. Todo es lo mismo y es igual, y se repite y lo vivimos, con una ingenuidad conmovedora, como si fuera algo inédito. Durante varias décadas la palabra crisis no ha dejado de sonar en mis oídos. Incluso esos casi diez años que para mucha gente fueron de bonanza para mí no lo fueron: me fui de Madrid, en parte, por culpa de los desorbitados precios de la vivienda, me dediqué a estudiar oposiciones, trabajé en unos grandes almacenes y de profesor interino y nunca conseguí ahorrar nada, me metí en una hipoteca de por vida… Además nunca fui optimista porque nunca me creí que España se hubiera convertido en una gran potencia económica. Para los que leíamos la prensa y escuchábamos lo que se decía en los mentideros de Internet el final de la burbuja inmobiliaria era la crónica de una muerte anunciada. Desde el principio. Si es verdad que los dirigentes del PSOE pensaron que aquello podía durar, es que son totalmente gilipollas. Me creo más que apuraran los últimos cartuchos para que algunos terminaran de llenarse los bolsillos de billetes. Que aquello era un espejismo era un secreto a voces desde el día que empezó. Por eso no os extrañará que hace poco, ahora que me está dando por la poesía epigramática, necesitara un solo verso para escribir un poema con el título Crisis. Dice así: “Siempre son malos tiempos”.

3 comentarios:

Mercedes dijo...

¿Malos tiempos? Me quedo boquiabierta, porque pienso lo mismo, y a menudo discuto con mi gente porque ya nadie se acuerda de la mierda en la que estábamos sumergidos siempre en este país nuestro, y de lo extraordinario que era cuando yo era joven que alguien trabajara con contrato, cotizando a la Seguridad Social, eso era rarísimo… lo mismito que ahora! No hemos cambiado, es QUE SEGUIMOS IGUAL!!!!!. Volvemos a lo que siempre fuimos en verdad…gente con mucha precariedad laboral, luchando por unos pocos derechos que día a día vamos perdiendo en la actualidad y a todos nos parece tan normal!!!!!! Y por mucho que la prensa y los medios en general se empeñan en hacernos creer que somos europeos….yo siempre he visto este país más cerca de Marruecos que otra cosa. Cuando visité Chauen y vi la carne en el mercado colgando de un gancho al aire, me acordé de mi pueblo que no hace tanto que aún la ponían así también para venderla…en cambio cuando estuve en el mercado de Helsinki no vi mas que maravillas de especialidades tradicionales presentadas con delicadeza, sencillez y prestigio, respeto por su cultura perfectamente promocionada y valorada.. eso aquí no ha existido jamás, en mi opinión…Es por eso que nuestros hijos, perfectamente formados en su profesión deben marchar a otros países de Europa a ganarse la vida. A esa Europa que se supone que es la misma en la que nosotros vivimos…Pero vega ya… ¡a otro perro con ese hueso!!!!.

Noa dijo...

No te voy a contradecir en nada Félix. Nunca entenderé porque se sigue tratando de dar una esperanza rota... . Ahí seguimos, somos atentos a palabras incumplidas de por vida.

Orion dijo...

Como bien dices, todo se repite y aún así nos parece inédito. Eso se debe a que la memoria del trabajador no va más allá de una o dos semanas atrás, sálvese quien pueda, pero es así.
Por otra parte, el mileurista hipotecado (espécimen común en España, donde se te considera un fracasado si no tienes una vivienda y un buen coche en propiedad) siempre está en crisis; ya el parado (espécimen que, poco a poco, va creciendo en número y que, de seguir así, terminará por superar al mileurista hipotecado) ni te digo. Bueno y mejor no hablar del tercer espécimen: El parado hipotecado.

España es Europa, lo que pasa es que dentro de Europa hay países de primera, segunda y tercera. España siempre ha sido de segunda en fase de descenso y ahora ha bajado a tercera, sin posibilidades de ascender en muchos años. Y eso es lo más preocupante, lo de los años, quiero decir.

Ningún país se sostiene a largo plazo y mantiene arriba su economía sólo con la construcción. Dicho esto, aquí lo dejo, que de la Burbuja Inmobiliaria ya se ha dicho mucho y es un tema que me pone de mala leche. Miles de pisos vacios y cientos de urbanizaciones fantasma en toda España, promotores quitados de en medio, y entidades financieras que, ni tirando los precios por los suelos, consiguen endosar a alguien esos pisos y urbanizaciones fantasma. Lo dicho, de las burbujas no quiero saber más, en todo caso de las burbujas de Freixenet, que la Navidad ya está cerca…

¡Saludos!