domingo, 19 de agosto de 2012

Escenario idílico

Tú y yo nos encontramos
en la barra de un bar
y eso ya es mucha suerte

Entre los componentes que forman el alcohol
hay una dosis grande de amor y de deseo
Fue él quien nos dictó palabras adecuadas
Fue él el que me dijo que tu alma encajaba
en los extraños huecos que mi cuerpo escondía
Entonces comprendí que aquel vacío
desde hace mucho tiempo te esperaba

El bar fue el escenario preciso y necesario
para que pudieran pedirme tus labios
que te llevara a casa porque era ya muy tarde
Y yo te lleve a casa a cambio de una cita
a cambio de tocarte, a cambio de besarte
sin ansias y sin prisas
sentía o presentía que solo era el principio
solo un aperitivo para matar el hambre
que habría muchos más
más besos y más días
más días y más besos
seguidos, sucesivos, infinitos
Y no me equivocaba
pues ya perdí la cuenta
después de tantos años

Es fácil que de haberte conocido
currando de cajera en algún súper
o pidiéndote un préstamo en un banco
o siendo mi dentista, mi urólologa, mi médium
mi asesora fiscal, mi compañera en clase
mi jefa en el trabajo, la vecina del quinto
la chica que me llama para hacerme una encuesta
la mujer policía que me pide el carné
la nueva conductora del autobús urbano
la muchacha que lee en el metro a Ken Follet
o que cada semana se escapa de acampada
no habríamos follado
ni hablado de Godot
ni nunca habría escuchado
tu voz leyendo cuentos
justo antes de dormir

                               De "Decoración de interiores" (Ed. Amargord, 2010)