sábado, 28 de abril de 2012

La risa de Quevedo

¡Qué le vamos a hacer! Los españoles somos así: disfrutamos con el mal ajeno. Puede que no sirva para mejorar nuestras vidas, pero ayuda a que pasen mejor los malos tragos que nos tocan. Por eso a los del Barça se les pasó un poco el disgusto después de la derrota del Madrid. Por su parte, los madridistas no acusaron tanto el golpe de su propia derrota pensando que el día anterior la había cagado su eterno enemigo. Y la falta de acierto de Cristiano Ronaldo en los penaltis no parecía tan grave pensando que Messi también había fallado uno el día anterior. Lo de Sergio Ramos y su balón estratosférico ya fue de catarsis colectiva. Hasta los del Madrid participaron en el festival de bromas como si de un exorcismo se tratara.

Con lo de YPF y Repsol ha pasado otro tanto de lo mismo. Cristina Fernández de Kirchner ha pasado a formar parte del grupo de dirigentes malvados de las antiguas colonias con los que la prensa reaccionaria nos amenaza como si fueran el coco. Aunque al español medio, que ni siquiera es capaz de colocar sus respectivos países en un mapa mudo, el sentimiento que más le inspiran es la indiferencia. La misma indiferencia que hemos sentido la mayoría al enterarnos de la expropiación de YPF a la empresa otrora española –hoy solo en parte- Repsol. En el fondo nos hemos alegrado. Consuela mucho ver cómo expolian a los empresarios e inversores que aspiran a esclavizarnos. ¿Y esto puede afectar algo a la economía española? Qué más da. Compensa.

Los que tenemos sentimientos republicanos nunca hubiéramos pensado que al final todo el dinero que estábamos invirtiendo en la familia real iba a servir para algo. Pero ahí están entreteniéndonos en todos los programas y revistas de humor, o incluso poniendo el toque simpático en los telediarios. Los humoristas, guionistas de televisión y dibujantes satíricos les estarán eternamente agradecidos. Así como todo el público y los acólitos de las redes sociales, que necesitamos materia prima para alimentar los mentideros. En su día, lo pasamos bien con lo de Marichalar, aunque no dejaba de ser previsible, que ya sabemos todos las aspiraciones que tenía este individuo. Lo que no podíamos esperar es que el geyperman deportista que conquistó a la infanta trabajadora cambiara su dedicación al balonmano por una de momento supuesta afición a apropiarse del dinero ajeno. Si a eso, que ya era suficiente para rellenar los números de El Jueves de todo un año, le sumamos el tiro en el pie de Froilán y la desfachatez de un rey que se va a cazar elefantes con la que está cayendo, no podemos sino estar más que agradecidos. Porque si hemos disfrutado –y mucho- con los padecimientos del funcionario medio,  cómo no hacerlo con el funcionario que nos sale más caro y que además tiene un puesto hereditario.

Todos esos individuos que un día suspendieron unas oposiciones o los que dejaron de estudiar por el auge del ladrillo tienen que haberse sentido un poco menos frustrados al ver que a los funcionarios les bajaban el sueldo y les subían las horas de trabajo una y otra vez. O cuando echaban a miles de interinos de puestos de la Administración Pública. ¿No se dan cuenta de que aumentar el horario de los funcionarios es restar posibles puestos de trabajo? ¿No se dan cuenta de que más gente en el paro es mayor competencia para encontrar trabajo? Es lo de menos. No sabemos cuántos suicidios puede haber evitado el castigo al funcionariado, ni a cuántos seres inanes puede haberles levantado el ánimo. La única pega que tienen los beneficios sociales que están provocando los recortes es que son difíciles de evaluar de forma objetiva, con gráficos, estadísticas y todo eso.

Tampoco es fácil calcular lo que está disfrutando el sector progresista de este país con las tropelías, los desaciertos y los dislates con los que Rajoy está premiando a su electorado. Ayer vi en Facebook un grupo que se llama ¿Votaste al PP? Pues ahora te jodes. Nos jodemos todos, pero consuela ver cómo vuelan por los aires las ilusiones de los que aún las conservaban el día que fueron con la papeleta del PP a ejercer su derecho al voto. Un voto que hoy equivale al aumento de despidos que ha provocado la nueva reforma laboral, al abaratamiento del despido improcedente, a la subida del IRPF, a la futura e inminente subida del IVA, a un recorte de 10.000 millones en sanidad y educación, a una bajada del poder adquisitivo de los pensionistas y lo que te rondaré, morena.

Los españoles somos así. Tenemos un sentido del humor a prueba de bombas que nos ayuda a sobrellevar los malos ratos. Es la risa cruel de Quevedo, que indefectiblemente aflora en los momentos de crisis y que solo se apaga el día que nos damos cuenta de que ya no podemos pagar las facturas. En ese momento la broma empieza a ser de esas que a nadie le hacen ni puta gracia.

sábado, 14 de abril de 2012

Perdidos (4)

En esta cuarta entrega de Perdidos voy a ofreceros un popurrí de entradas que visitan con frecuencia los desnortados navegantes de la red.

La primera es la que dediqué en su día al nieto de su majestad. La afición a las artes cinegéticas que su padre intenta inculcarle -y que siempre ha sido un signo distintivo de las clases aristocráticas; solo hay que ver la maña que se da el abuelo cazando elefantes- lo ha vuelto a poner bajo los focos. Ya predecía yo en este post que este chico iba a dar mucho que hablar:


Esta es una muestra de las palabras de búsqueda que ocasionalmente aparecen en mi blog:
froylan sera el heredero
froilan ya no puede ser rey
felipe juan froilán usurpador de la corona

Algunos, sinceramente, merecerían la atención de un profesional:
perro de froilan de marichalar
froilan marichalar perro


Otra entrada que no deja de tener visitas es el sincero relato que hice de mi conversión al pastafarismo:


pastafarismo
pastafari austriaco
imagenes de hombres y espaguetis
espaguetis blospot

También los hay que no se lo toman a la ligera y buscan una formación sólida que les reafirme en su fe:
cursos pastafarismo

Y los que probablemente buscan mi post después de que haya tratado de evangelizarlos en la barra de cualquier bar:
pastafarismo félix chacon

Al final seremos legión.


En estos días festivos que hemos dejado atrás puede que alguno haya estado planteándose lo mismo que me planteaba yo hace tres años:


procesiones en el siglo xxi


Con la llegada de la primavera hay muchos que andan buscando la canción que dedicaron los Delinqüentes a esta florida estación y terminan en mi blog porque utilicé su título para uno de mis posts más optimistas:


la primavera trompetera estado
primavera trompetera


Los pocos posts relacionados con la economía que he escrito, como era de prever, también tienen su goteo de visitas:


los ke cobramos dinero negro
al estado le viene bien el dinero negro


cuanto costaran los cubatas en pesetas?
perrito + cerveza cien pesetas
que valian los cubatas en las pesetas
conversión de sueldos de hace 20 años a los actuales

También recibo muchas visitas de todos esos que intentan aprender los rudimentos de la economía al mismo tiempo que disfrutan de un entretenido juego de mesa:


préstamos en el monopoly
como se reparten el dinero  nuevo del monopoly
reglas propias monopoly
monopoly splots onlingame


Desde que publiqué mi libro de poemas Decoración de interiores, me he convertido en toda una referencia en el campo de la decoración, incluso en el de la decoración de poemas. Supongo que los internautas interesados en tan apasionantes temas terminarán en cualquiera de los posts que dediqué a anunciar las distintas presentaciones que se hicieron del libro.

decoracion de interiores
presentacion de decoración
decoracion de interiores bares ver imágenes
interiores de bar
citas decoracion
decoraciones para poemas
poesia sobre decoración
poemas y decoración

En este apartado también los hay desconcertantes:
decoracion interiores triangulos
decoracion de interiores perros


Quiero terminar este post expresando mi preocupación por el público hispanoamericano que visita mi blog. Siento que sus expectativas se vean frustradas al penetrar en un blog tan parco en imágenes y tan sobrio y recatado en sus contenidos. De cualquier forma, voy tomando nota de los temas que interesan por allí por si algún día quiero ganarme al público de ultramar con unos contenidos más acordes con su sensibilidad:
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miércoles, 4 de abril de 2012

Escenas memorables: La vida de Brian

Quienes solo ven una parodia de la vida de Jesucristo en La vida de Brian, no han terminado de comprender la película. La vida de Brian, a la manera de El Quijote, va mucho más allá. La película recrea de forma humorística no la vida de Jesús sino la situación temporal y espacial en la que se supone que tuvo lugar la venida del Mesías. Si alguien busca una parodia de los Evangelios, casi mejor que opte por La pasión de Cristo de Mel Gibson.

La creación de los Monty Python, aunque con la deformación grotesca propia de una comedia inglesa, nos da una visión mucho más acertada de la Judea de los tiempos de Pilatos que cualquier película que se haya hecho sobre Jesucristo. El primer gran acierto es interpretar el fenómeno religioso en clave política. Los Evangelios, vistos desde esta perspectiva, se vuelven mucho más comprensibles. Representan el pensamiento del primer movimiento subversivo que, anticipándose dos mil años a Gandhi, hace de la resistencia pasiva y la no violencia su forma de enfrentamiento contra el pueblo invasor. La imagen que se da de los romanos en La vida de Brian está muy lejos del maniqueísmo de las películas sobre Jesús. En esta película se pone de manifiesto lo beneficiosa que fue la influencia romana para los pueblos que conquistaron. Es memorable este momento de la película:
                -¿Y ellos qué nos han dado? –pregunta el líder del Frente Popular de Judea a sus compañeros de la resistencia.
                -¿El acueducto? (…)
                -Sí, eso sí, es verdad.
                -Y el alcantarillado.
                -Cierto, esta ciudad antes era un asco. (…)
                -Y las calzadas. (…)
                -Y la irrigación.
                -Y la sanidad.
                -Y la educación.

    Para, después de un largo etcétera, terminar preguntándoles:
    -Pero, aparte del alcantarillado, la sanidad, las escuelas, el vino, el orden público, las calzadas, el agua corriente y la sanidad, ¿qué nos han dado los romanos?

En esta visión tan poco maniquea (de la que deberían tomar nota los que dirigen películas sobre la Guerra Civil española) no hay un pueblo mucho más cruel que otro. Quizá pueden parecer más sofisticadas las crucifixiones de los romanos que las lapidaciones de los judíos, pero la diferencia es sutil. Ambos utilizan métodos inhumanos y sus formas de hacer justicia pecan de la misma falta de rigor y de piedad. Unos y otros disfrutan tanto de la crueldad de los espectáculos del circo romano como de las ejecuciones públicas.

El último gran acierto en lo tocante a la ambientación es un dato que está documentado pero que soslayan de forma sospechosa todas las películas de Jesucristo: Judea, en aquellos tiempos, estaba abarrotada de predicadores, profetas de tres al cuarto y charlatanes de diverso pelaje. Jesucristo, por lo tanto, solo sería uno más entre una multitud de caraduras.

La escena que quería recordar es aquella en la que Brian se convierte por azar y mala suerte en mesías. Hay tantas escenas memorables que esto daría para varios posts. Otro día hablaré, por ejemplo, del derecho de Loretta a tener hijos aunque no pueda tenerlos, que es otra de las escenas de las que siempre me acuerdo.

Uno de los grandes aciertos de la película es que Brian no es una caricatura. Ni siquiera es gracioso ni tiene sentido del humor. Simplemente se trata de un mindundi -judío pero hijo ilegítimo de un soldado romano- que odia a los romanos y se une al Frente Popular de Judea para enfrentarse a ellos. Sus motivaciones son meramente políticas, pero una serie de circunstancias más o menos insólitas lo van a convertir en mesías y mártir de un día para otro.

Todo comienza cuando le persiguen los romanos después de haber sido el único superviviente del grupo de insurgentes que habían intentado secuestrar a la mujer de Pilatos. En su huida decide buscar refugio en la casa donde el Frente Popular de Judea lleva a cabo sus reuniones clandestinas. Como no cabe dentro de la casa porque ya hay demasiada gente escondida se oculta en una especie de balcón rústico de maderas y cañas que da a la calle. Después de entrar y salir un par de veces, el balcón termina cediendo y Brian cae sobre uno de los muchos charlatanes que sermonean a los transeúntes con profecías más o menos apocalípticas, metafóricas, grotescas o absurdas. Como ha caído providencialmente sobre el podio que ocupaba el predicador, comprende que puede hacerse pasar por uno de ellos y así engañar a los romanos. Lo primero que dice es esto:
    -No juzguéis si no queréis ser juzgados.
    Algunos hombres y mujeres le escuchan expectantes y uno de ellos le agradece el consejo. Un mendigo que está a su lado se interesa por la calabaza que lleva en la mano. Es una calabaza que le ha regalado el mercader que le ha vendido una barba postiza para disfrazarse. El mendigo tiene interés en comprarle la calabaza. Brian le dice que no hace falta, que se la regala, y vuelve a su sermón con una de las mejores frases de la película:
                -Mirad los lirios… en el campo.
                -¿Hay que mirar los lirios? –pregunta extrañada una mujer.
                -O los pájaros –aclara Brian.
                -¿Qué pájaros? –inquiere uno de los hombres.
                -Cualquiera –responde Brian.
                -¿Por qué? –vuelve a preguntar el mismo.
                -¿Tienen buenos empleos? –aventura Brian.
                -¿Quiénes? –pregunta otro.
                -Los pájaros –aclara Brian.
Y ahí comienza una absurda disquisición acerca de los pájaros que acaba en un galimatías sobre la importancia de los hombres respecto a estos animales. Uno de los que le escuchan le reprocha la manía que tiene con los pájaros.
                -No es ninguna manía –se defiende Brian-. Pensad en los lirios…
                -¡Ahora la toma con las flores!
Cuando comprende que las consideraciones sobre lirios y pájaros no le llevan a ninguna parte, lo intenta con un cuento, pero el auditorio empieza a poner pegas a las imprecisiones del relato. En ese momento aparecen los soldados y Brian se pone nervioso, por lo que empieza a decir frases sin mucho sentido, frases que quizá le inspiran las que escuchó en el sermón de Jesucristo al que acudió pocos días antes:
                -Bienaventurado el que a buen árbol se arrima porque lo cobijará buena sombra.
La gente le increpa diciéndole que eso es una tontería. Él continúa:
                -Y solo a él se le dará…
Brian no llega a terminar la frase. Los romanos pasan de largo y él puede bajar del podio y largarse de allí. Pero la gente que le escuchaba está intrigada y le pide que termine lo que iba a decir. El intenta zafarse alegando que ya había acabado, que no iba a decir nada más. No le creen y empiezan a seguirle. El principio de toda creencia religiosa está en el misterio y Brian no es consciente de lo que está a punto de provocar. Uno opina que si no lo dice es porque se trata de un secreto, lo que aviva el interés de la gente. Otro dice que puede que se trate del secreto de la vida eterna. El hombre al que le había regalado la calabaza insiste en pagarle algo por ella. Brian intenta alejarse de allí. Una de las mujeres que le sigue le pregunta al hombre de la calabaza si es de Brian y, cuando le dice que sí, quiere comprársela. La mujer cree que es un símbolo y que deben llevársela.

Brian corre para perderlos de vista y pierde una sandalia en la carrera. Sus (per)seguidores interpretan la sandalia como una señal. No se ponen de acuerdo en lo que significa, pero están convencidos de que tiene un sentido transcendente. Se enzarzan en una discusión quijotesca sobre el significado de la sandalia y sobre la naturaleza de la misma, ya que no están seguros de si se trata de una sandalia o de un zapato, mientras la mujer de la calabaza dice que se olviden de eso y sigan a la Calabaza Santa de Jerusalén. Los seguidores de la sandalia y los de la calabaza se dividen, pero ambos van tras Brian, que es el mesías que les desvelará los más recónditos arcanos.

El misterio, la búsqueda de respuestas y los símbolos configuran así el sentido de la religión. No servirá de nada que más adelante Brian les diga que no tienen que seguir a nadie, sino que tienen que ser ellos mismos. Esas sabias palabras solo sirven para reafirmarles en su fe en la sabiduría de Brian, su nuevo líder, el nuevo mesías.

Por todo esto considero que La vida de Brian se vale de la parodia para explicarnos, mucho mejor que otras historias más serias, el hecho religioso. Por otra parte, la deformación grotesca con que nos presenta la época no impide que comprendamos que cualquier acercamiento a los sucesos que originaron todas y cada una de las religiones es misión imposible. ¿Cómo podemos estar seguros de lo que pasó en la antigüedad si hoy mismo, cuando disponemos de infinidad de medios de comunicación, no podemos saber con certeza lo que pasa a cien metros de nuestras casas? ¿Cómo podemos dar credibilidad a unas historias que tuvieron lugar en un momento donde la forma de comunicación oficial era el boca a boca y la mayoría de la población era totalmente analfabeta? Si no habéis jugado nunca al teléfono escacharrado, os invito a hacerlo durante estos días como actividad alternativa a las procesiones. Y si no estáis para juegos, ya sabéis, salid al campo y mirad los lirios.