viernes, 31 de diciembre de 2010

Nuevo año

De joven no entendí nunca las fiestas
Veía absurdo que toda la gente
bailara a un mismo son
y descorchara
botellas al unísono
ese día en que decimos
con certeza que hace frío
y con dudas que comienza un nuevo año

Ahora que ya no soy joven
y sé que no es nada fácil
que se reúna la gente
encontrar ese hueco y esa excusa
que los convoque a todos
entiendo que hacen falta
esos momentos
marcados, programados, apuntados
en el orden pactado
de los días
para bailar, cantar, darnos la mano

Sé que hace falta que disparen
el corcho que inaugura la carrera
en ese tonto trámite que dice
que lo pasado es parte del pasado
y que ahora empieza un nuevo día
que es el día primero de un nuevo año
que todo puede ser una vez más
que es el mismo combate pero distinto asalto
que aún nos queda el aire suficiente
para volver a intentarlo
para poder seguir
respirando
mientras nos lo permitan
respirando
mientras no nos ahoguen
respirando
mientras no nos disparen
respirando
mientras las hipotecas y los bancos
y las guerras y los asesinatos
los corruptos y los seres depravados
las caídas de la bolsa y del estado de ánimo
no nos quiten el aire que aspiramos

porque todo es posible
mientras tanto


                                    De "Decoración de interiores" (Ed. Amargord, 2010)

martes, 28 de diciembre de 2010

Crónica de una muerte anunciada

La primera década del siglo XXI termina con el mundo sumido en otra gran depresión. La década del gran espejismo. Los especuladores y los banqueros nos hicieron creer que nosotros también podíamos participar en su juego para terminar dejándonos sin blanca.

España comenzó su andadura con el gobierno de José María Aznar que, aprovechando la ola de la bonanza económica, se subió a una embarcación fabricada en los astilleros del ladrillo. No era una embarcación muy prometedora, pero navegamos viento en popa mientras los vientos bursátiles soplaron a favor. El cambio de la peseta al euro sacó a la luz un montón de dinero negro que ayudó a propulsar la embarcación a velocidades insospechadas.

Zapatero pudo haber buscado la forma de atracar en puerto antes del desastre, pero se dejó arrastrar por la inercia y terminó creyéndose que aquello podía durar.

Nadie quiso parar. Los que se llenaban los bolsillos con comisiones en B en los gobiernos autonómicos y municipales, de uno u otro partido, echaron toda la leña que pudieron a las calderas para retrasar el desastre. Algunos gilipollas incluso se subieron a la proa del barco y abrieron los brazos para imitar a Leonardo DiCaprio en Titanic.

En Titanic.

No había que ser muy listo para saber que un barco de ladrillo tarde o temprano tenía que hundirse.

A pie de calle todos sabíamos cómo terminaría la travesía. Desde el principio. No es fácil creer que los gobernantes fueran tan ilusos. No sé si es peor pensar que fueron malvados o que fueron estúpidos.

Ahora flotamos a la deriva sin saber qué será de nosotros.

Ha habido épocas en las que la miseria y la desigualdad eran mucho más lacerantes que en nuestro tiempo, pero tenían una hoja de ruta que a nosotros nos falta. En esa hoja de ruta siempre había un punto de destino en el que se nos prometía un mundo mejor.

El problema es que ni las religiones ni las utopías políticas sirven ya para engañarnos. Las hemos visto llenarse de mierda hasta el cuello en el siglo pasado. Ninguna utopía política o religiosa puede salvarnos hoy del escepticismo.

En estos últimos años nos quedaba la fe en la cultura del pelotazo o en la revalorización “ad infinitum” de nuestras inversiones inmobiliarias. Era una fe tan ciega como la de los buscadores de oro. Y era fe porque la razón bien nos decía que todo lo que teníamos delante solo era un trampantojo en el que tarde o temprano terminaríamos estampando nuestras cabezas.

Que nadie se haga el sorprendido. La burbuja inmobiliaria fue tema de conversación desde el principio. En 2000 o 2001 ya hablábamos todos de que no era normal la revalorización desproporcionada que estaba experimentando el mercado inmobiliario, la proliferación de empresas dedicadas a la construcción y venta de viviendas, la multiplicación de sedes bancarias y la locura colectiva que llevaba a la gente a meterse en hipotecas a treinta años o más.

Sabíamos que no era normal. Sabíamos que iba a acabar mal. La especulación estaba condenada a topar con su propio techo. Era de necios pensar que todo el que tenía una vivienda se había vuelto rico de la noche a la mañana.

Lo sabíamos. Todo el mundo lo sabía. Era una partida de póker en la que todos los jugadores iban de farol y además jugaban con cartas marcadas. Lo supimos y aun así jugamos porque pensamos que era una ventaja que te dejaran jugar con tantas trampas.

Mira el saldo de tu cuenta corriente, el importe total de tus ahorros (si es que existen), el valor de los bienes que posees, el importe de las hipotecas y préstamos que no has terminado de pagar, el montante total de los intereses que terminarás pagando… Luego calcula el importe de tus ingresos, de tus rentas o tu nómina (si es que existen). Haz tus propias cuentas y decide si has ganado, si has perdido o si te has ido en tablas.

Si el saldo es negativo, busca algún culpable. Achácalo a tu mala suerte. Maldice tu adicción de ludópata del crédito. Culpa a los políticos, a los empresarios, a los banqueros…

Haz todo lo que haga falta para sentirte un poco mejor contigo mismo. Pero reconoce que nadie te engañó. Solo tú, que creías que ibas a ser más listo que nadie.

Hubo algunos mindundis que ganaron. Ahora comprendes que no eran nada más que señuelos para que entraras al trapo.

No sé si el dinero se crea o se destruye. Sé que cambia de manos y que lo normal es que esas manos no estén encallecidas.

Te queda la autocompasión, el placer de lamerte tus propias heridas, los trabajos de esclavo, las horas extras, el dinero negro y el fraude fiscal. También te han dejado el desquite de la piratería, el placer de robar a los artistas. ¿O es que esos capullos pacifistas –que se pasan la vida protestando y cuestionando a los políticos y al sistema, o que, mucho peor, siguen siendo comunistas- pensaban que tanta chulería les iba a salir gratis?

La política casi siempre es una cuestión de economía. Y la economía siempre es de derechas. Las compañías telefónicas que cobran tu ADSL son de derechas. Los bancos a los que les pagas esas desmesuradas comisiones son de derechas. Las compañías petrolíferas son de derechas. Las empresas que te suministran el agua, el gas y la luz son de derechas. Ellos siempre han sabido hacer política. Porque bailan al son que marcan en cada momento. Porque pueden hacer que los políticos bailen el sol que ellos marcan.

Echa todas las cuentas que quieras, pero no digas que no lo esperabas.

Te lo digo solo para que paladees el fracaso con delectación. Tendrás que acostumbrarte a su sabor a hierro oxidado. Te va a acompañar durante mucho tiempo.

No quiero que hagas nada más. Sé que esto no le va a servir de escarmiento a nadie. Sé que no hemos aprendido nada después de todo. Si todo empezara otra vez, volveríamos a hacer lo mismo.

Los que llevan las cuentas del dinero que debemos también lo saben.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cortinas de humo

A mí me llaman mucho la atención las coincidencias léxicas o temáticas. No sé si os habrá pasado alguna vez. Las coincidencias léxicas suceden cuando de repente tropiezas con una palabra cuyo significado ignoras -pongamos “superchería”, “ominoso” o “estólido” - y en un mismo día o en pocos días llegas a escucharla varias veces en diferentes contextos.  Lo mismo sucede muchas veces con los temas, que aparecen por arte de birlibirloque en distintos foros que, en principio, no mantienen ninguna conexión. Son corrientes subterráneas del pensamiento que uno no sabe bien de dónde vienen.
En estas últimas semanas empecé a darle vueltas al tema de las cortinas de humo porque apareció como uno de esos temas recurrentes. El primero en mencionarlo fue un compañero de trabajo: toda esta presencia de los controladores de vuelo en los medios no es nada más que una cortina de humo para no hablar de los problemas importantes. La verdad es que no me convenció porque hablar de los problemas importantes no suele solucionarlos y además puede conducir a la depresión.
Un par de días más tarde me llegó un mailing en el que Noam Chomsky exponía las distintas maniobras que los poderes fácticos llevan a cabo para aborregar a las masas mediante la manipulación mediática.
Al poco tiempo alguien me comentó que todo esto de Marta Domínguez y el dopaje es una cortina de humo para que olvidemos el tema de los controladores. Ese mismo día otra persona me lo volvió a comentar. Y justo anoche un colega, que es policía, me estuvo explicando que es oportunista que saquen ahora la noticia de Marta Domínguez cuando es un tema que la Guardia Civil investiga desde la primavera. Hoy he entendido por qué tanta gente anda a vueltas con este tema: González Pons, el secretario de comunicación del PP, ha aparecido en el telediario acusando al gobierno de que el tema de la Operación Galgo es una cortina de humo. Acabáramos.
Es vergonzoso que un secretario de comunicación de un partido político sea tan cínico. Ellos, los que manejan en la sombra la imagen pública de los partidos políticos, son los que elaboran y planifican las estrategias de comunicación de los telediarios. Hay mucha gente contratada solo para eso. Y es normal. No todas las informaciones pueden ser noticia en el mismo momento de producirse. Los datos de una investigación policial, por ejemplo, no pueden salir a la luz hasta que se lleven a cabo todas las diligencias. Y es normal que una empresa, un partido político o un gobierno estudie cuándo es el momento más oportuno para publicar una información. Algunas veces por cuestiones éticas, otras por ominosos intereses particulares, claro. Los medios de comunicación también magnifican o ningunean las noticias por intereses, unas veces políticos, otras económicos. Es normal que se dé transcendencia a una noticia que consigue lectores, oyentes o telespectadores. ¿O es que alguno de nosotros de verse en una coyuntura similar actuaría de otra manera?
No hay nada raro en todo esto. Lo único raro es que haya todavía gente que alucine con que el mundo funcione así. Nos encanta pensar que hay una conjura que nos impide ver la realidad como es.  La realidad no  es de ninguna manera. La realidad es lo que tú quieres que sea. Esfuérzate por crear una realidad única y personal. Lee entre líneas las noticias. Piensa no solo en lo que te cuentan, sino también en por qué te lo cuentan. No te dejes deslumbrar por la noticia que abre el telediario. Piensa también por qué es esa y no otra. Sigue las noticias que te interesen. Discrimina el resto. Construye tu propio mundo de intereses. Déjate influenciar culturalmente solo por los medios afines a tus gustos. A mí no me influyen en absoluto Los 40 Principales porque no los escucho. Ni la revista Qué leer porque no la leo. Ni el todopoderoso Corte Inglés porque nunca compro allí ni tengo su tarjeta de socio. La diversidad de medios de comunicación y de cultura gratuita o a muy bajo coste de la que se puede disfrutar ahora nos permite diseñar una realidad a nuestra medida.
Siempre habrá unos medios de comunicación que querrán influir en nosotros, incluso recurriendo a la superchería. Pero qué es si no la comunicación humana. El lenguaje es en gran medida persuasivo, en gran medida interesado. Las motivaciones que nos empujan a comunicarnos no son siempre altruistas. Nosotros también, por ejemplo, esperamos el mejor momento para comunicar una noticia importante o preocupante a una persona a la que apreciamos. No solo es importante lo que se dice sino encontrar el momento idóneo para decirlo. Nosotros también ocultamos algo que nos perjudica o mentimos por interés.
No hay conjuras. Solo estrategias de comunicación que trasladan a la comunicación de masas lo que hacemos en la limitada esfera de lo particular.
Pensar que hay conjuras es una postura estólida que solo sirve como excusa para no esforzarse en comprender la realidad. Una postura cómoda que además queda muy bien en los mentideros que se crean alrededor de las barras de los bares y que, desde luego, puede ser una buena forma de entretener las comidas de empresa y las reuniones familiares navideñas.

                                               “¿Para qué quieres la información si no la usas?”
                                               Kiko Veneno

sábado, 11 de diciembre de 2010

Presentación de la colección "Hecho en Lavapiés" en Bodegas Lo Máximo

¿Pensaste que era idiota el día que te enteraste que presentaba "Decoración de interiores" al mismo tiempo que televisaban un partido de España? ¿Ese día te venía mal porque era laborable? ¿Estabas resfriado y hacía demasiado frío?

Tranquilo, la vida siempre da una segunda oportunidad.

Este domingo varios poetas de la colección "Hecho en Lavapiés" os ofreceremos lo mejor de nuestro repertorio en Bodegas Lo Máximo, en Lavapiés, por supuesto.

Obviamente también estáis invitados aquellos que ya habéis venido a alguna presentación y no habéis tenido suficiente.

jueves, 2 de diciembre de 2010

"Decoración de interiores" en Villafranca (Toledo)

El sábado 4 de diciempre haremos una presentación de "Decoración de interiores" en Villafranca de los Caballeros, mi pueblo. Será a las 20 horas en el Café Bar Cao. Me acompañará Hipólito García "Bolo", poeta, amigo y director de la colección de poesía "Hecho en Lavapiés" de Ediciones Amargord.