sábado, 30 de octubre de 2010

Halloween

Halloween no ha triunfado por la influencia de las series y películas norteamericanas. La prueba es que otras tradiciones y costumbres que aparecen constantemente en la ficción norteamericana no han tenido ningún eco. Ni celebramos el día de Acción de Gracias, ni nuestros adolescentes se traumatizan por el baile de graduación, ni nos ha dado por el béisbol.
La fiesta de Halloween ha triunfado porque es divertida. De hecho solo nos hemos quedado con la parte que nos interesa: el carnaval siniestro de Halloween. Lo otro -el truco o trato o las calabazas- nos ha dejado totalmente indiferentes.
¿Y qué pasa si todo esto nos ha llegado por el cine y la televisión? No veo dónde está el problema.
No soporto a los que dicen que deberíamos rechazar Halloween por no ser parte de “nuestra cultura y nuestras tradiciones”. ¿A qué llamamos “nuestra cultura y nuestras tradiciones”? Mi cultura no son solo las tradiciones rancias y carpetovetónicas de nuestra piel de toro. Mi mundo cultural y el de casi todos nosotros amplió sus fronteras gracias a las ondas de la radio y a los rayos catódicos. Y en los últimos años Internet ha servido para conquistar nuevos territorios.
Para “mi cultura” es mucho más importante el rock que la jota o el pasodoble. Y aunque no soy de los que desprecian el cine español, tengo una forma de entender el cine condicionada por la factoría de Hollywood, que, a pesar de la morralla, sigue sin tener rival. En literatura, otro tanto de lo mismo. Llevo toda la vida dedicándome a estudiar escritores españoles e hispanoamericanos y, sin embargo, no tienen más peso en mi bagaje literario que los escritores ingleses y norteamericanos.
Bienvenidas todas las influencias foráneas si son divertidas, que vaya mierda de Día de Todos los Santos. No sé cómo es en las ciudades porque es un día que siempre me ha resbalado, pero en mi pueblo las mujeres se van al cementerio a fregar lápidas y las llenan de flores para que la gente no pueda dudar de que todavía siguen queriendo a su difunto/difunta padre/madre, esposo/esposa, hijo/hija… Supongo que el despiporre concluirá con una misa, que no sé, que nunca he ido. Total, un planazo. Para el que lo quiera
Lo que demandamos la mayoría son fiestas laicas, divertidas, con disfraces, verbenas o conciertos, comilonas y borracheras. Al fin y al cabo es lo que solemos hacer en todas las fiestas por mucho que se empeñe en lo contrario nuestra Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana,  que la Iglesia Católica no ha tenido nunca ni puta idea de nada, y de fiestas, de lo que menos. Menos "pasión" y más Carnavales. Menos procesiones y más pasacalles. Menos misas y más verbenas. Y no digo “menos vírgenes” por no poner al lado “más putas”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Has dado en el clavo, Félix.
La excusa para disfrarnos, que Carnavales solo es una vez al año.
verónica