viernes, 10 de septiembre de 2010

La ley del péndulo

Sí, les vamos a dejar que saquen adelante la reforma laboral. No vayas a la huelga general. No respaldes a los sindicatos. Que se hundan con su conformismo y sus verticalidades y sus regalías políticas. Todo huele a caducado, a podrido, y nosotros queremos otra cosa. Por eso llevamos a nuestros hijos a los colegios privados. Para darles algo mejor. Por eso acudimos a la sanidad privada. Para que el médico que te trataría a patadas en su consulta de la Seguridad Social lo haga como solo tú te mereces. Por eso vamos a votar a los partidos que no malgastan el dinero del erario público en servicios que solo benefician a los zarrapastrosos y a los inmigrantes.

Todo lo que se consigue fácilmente deja de tener interés. Y esto de los derechos sociales y del estado de bienestar ha llegado a aburrir, por manido. Habrá que perderlos para poder valorarlos otra vez.

Perderlo todo es el primer paso para poder luchar por recuperarlo.

Todo va y viene constantemente, como las modas. Por eso han vuelto las camisetas rosas, la minifalda, la xenofobia fascista o la guerra santa. Siempre con algún detalle diferente para despistar o con un nombre distinto con que disfrazarse de algo novedoso.

Cuando el capitalismo feroz controle por fin todo el sistema, llegará alguien que dirá que los trabajadores deberían tener ciertos derechos, que las escuelas públicas deberían ser la máxima prioridad, que hay que defender la sanidad pública para que sea más fuerte y eficaz que la privada, y lo miraremos fascinados y aplaudiremos como focas. Nuestra falta de memoria es pasmosa y gracias a ella podemos vivir una y otra vez las mismas cosas como si nunca antes pudieran haber sucedido, como si nuestras ocurrencias fueran algo insólito que solo una sociedad tan avanzada como la nuestra hubiera podido alumbrar.

Hace tiempo que el péndulo avanza con decisión hacia su lado derecho. Démosle un fuerte empujón entre todos para que llegue cuanto antes hasta ese extremo. Solo así podrá iniciar el camino inverso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La clarividencia sobre el resultado de algo no exime de evitar contribuir a ello.

Anónimo dijo...

Ni falta un punto ni sobra una coma. Simplemente certero. Un saludo. Germán