jueves, 21 de mayo de 2009

Padres

Ahora que con este revuelo de la reforma de la ley del aborto se habla tanto sobre la importancia del asesoramiento paterno, quiero aprovechar para cuestionarlo. Porque parece que no nos acordamos de que por padre o por madre podemos tener a cualquier tarado o tarada. Tus padres pueden ser ignorantes, fundamentalistas religiosos, paletos, cafres, cretinos, nazis, torturadores, tiranos, hijos de la gran puta… El hecho de ser padre o madre no te concede una infalibilidad para saber qué está bien y qué está mal en la vida.

Cuando veo a ciertos políticos diciendo que ellos no podrían concebir que sus hijas tomaran la decisión de abortar con dieciséis años, solo veo a tipos que están demasiado acostumbrados a tomar decisiones y a que se les obedezca. Por otra parte, los padres normalmente se niegan a ver a sus hijos adolescentes como personas mayores. Tardan tiempo en aceptar que el niño o la niña de sus ojos ha dejado de existir.

La opinión de los padres es una más. Muy importante si tienes unos buenos padres. Por eso, lo que tienen que hacer los padres es intentar que sus hijos piensen que lo son para que recurran a ellos en caso de necesidad. No solo para el aborto, sino para cualquier duda que puedan tener. Pero un padre y un hijo no tienen por qué tener las mismas ideas y las mismas creencias.

Muchos chicos y chicas de dieciséis años no saben lo que quieren, pero sí lo que no quieren. Pueden ser un poco inconscientes (como algunas personas que ya superaron la barrera de los 18 años), pero no son idiotas.

Yo con 16 años no estaba de acuerdo con mis padres en nada. No tuve la suerte de tener unos padres en sintonía con mi forma de ver el mundo. Con 16 años me puse a trabajar porque quería depender de ellos lo menos posible. Con 16 años. Puede que incluso con 15. Me fui de casa a los 18 porque no pude hacerlo antes. No me arrepiento de nada. Lo que pensaba entonces es lo que sigo pensando ahora.

La decisión de abortar siempre debe ser personal. Y la decisión de lo que es y no es un ser humano también. Fíjate que yo hasta tengo mis dudas de que, por ejemplo, José María Aznar lo sea. La ciencia no tiene nada que hacer en estos casos. Son juicios que entran dentro del campo de la opinión. Pero no merece la pena darle muchas vueltas porque una vez fuera del útero materno el aborto no puede aplicarse con carácter retroactivo.

Los que estamos a favor del aborto no obligamos a abortar a nadie ni imponemos nuestro criterio a los demás. Que los intolerantes hagan lo mismo, que no nos digan qué es lo mejor para nuestras vidas. La libertad consiste en que cada uno joda su propia vida a su manera.

4 comentarios:

cambalache dijo...

Comparto la seria duda sobre la condición humanoide de Josemari y todo lo demás. Un saludo amigo

Birubao dijo...

Totalmente de acuerdo. Ahora espero uno de "Madres"

Félix Chacón dijo...

Querido Biru, este post era para hablar de padres y madres indistintamente. Pero creo que sé lo que quieres decir. Para lo de las madres tendría que pensar en un "Qué bien pensado está el mundo: las madres". Al tiempo.

Manolo dijo...

Hola,

Creo que no tiene mucho sentido que por un lado, para una operación sencilla, se tenga que firmar una autorización por parte del tutor y para una intervención de riesgo como un aborto, no haga falta.

Estoy de acuerdo que hay muchas clases de padres, pero creo que si somos responsables de su educación, tutela, etc. Creo que debería ser respetada nuestra opinión.

Yo deseo lo mejor para mi hija, y siempre optaré por la opción que le suponga el menor daño y riesgo posible. Tanto si es abortando como si no.

La primera: mi hija.